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Traducción por Violet Garcia.
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Dos hombres poderosos subieron al escenario recitando un himno muy conocido en el movimiento chicano. Uno con un delicado collar de oro que adorna su atuendo formal negro sobre negro grita: “No cruzamos la frontera [traducido de inglés a español]“, mientras que el otro con una camisa informal abotonado y pantalones lo completa, “La frontera nos cruzó [traducido de inglés a español]“.
El público lo repitió suavemente pero después de que los presentadores los animaron, hicieron eco de la frase poderosa.
El Departamento de Ciencias Políticas, Economía, Justicia Penal, Derecho y Estudios Chicanos (PEACh) organizó su quinto evento anual “Flor y Canto” con Luis Valdez y Jorge Huerta el jueves. El evento fue coordinado por la profesora de estudios chicanos Angelita Rovero y patrocinado por el Student Equity and Achievement Fund y el Seamless Transfer for Ethnic Studies Fund.
La profesora Rovero inició el encuentro introduciendo el evento, agradeciendo a los asistentes y destacando la importancia de la exposición cultural.
“El hecho de que el legendario Luis Valdez y el Dr. Huerta estuvieran con nosotros era algo a lo que creía que nuestros estudiantes debían estar expuestos”, dijo Rovero. “Porque en un momento en el que estamos tan atrapados en las redes sociales, creo que muchos estudiantes se pierden y debemos recuperar el rumbo y enseñar sobre nuestra cultura y nuestros escritos [traducido de inglés a español”.
Rovero llegó a nombrar a Luis Valdez como el padre del teatro chicano. Sus trabajos más notables incluyen su película “La Bamba”, su obra “Zoot Suit”, que fue la primera obra chicana de Broadway, y la formación de “El Teatro Campesino”, un grupo de teatro para trabajadores agrícolas.
Lo acompañó Jorge Huerta, director profesional y experto en teatro chicano contemporáneo y latino estadounidense.
Poco después, Rovero invitó al escenario el canciller del distrito de Los Angeles Community College, Francisco Rodríguez, para presentar a los invitados y enfatizó su importancia para él personalmente:
“Como persona que absolutamente busca el arte, para buscar motivación, para inspiración, para fuerza, para discernimiento, para claridad, de todas las jodas que soportamos como una administración”, dijo Rodríguez. “Lo que tenemos hoy es un alimento. Es un alimento para el espíritu del alma con dos escritores, actores, productores, directores y dramaturgos estadounidenses vivos e icónicos [traducido de inglés a español]”.
Valdez y Huerta subieron al escenario poco después.
Valdez abrió su discurso contando sus antecedentes en el movimiento chicano y urgió a la generación más joven a continuar la lucha.
Huerta pasó a hablar sobre la historia de México y destacó la importancia de reconocer y respetar las culturas indígenas.
La pareja explicó cómo la cultura maya se infundió en varios aspectos de la vida, desde los deportes hasta la anatomía, y cómo el aprecio de la herencia cultural de uno puede liberar el potencial de uno.
Mientras hablaba sobre el libro de Valdez, “El teatro de la esfera”, destaca el concepto de verdades universales y su deseo de compartir estas ideas de una manera fácilmente consumible. Valdez finalizó su discurso afirmando estas verdades y que las raíces de la cultura maya son de los chicanos, de los americanos y por último de todos los humanos.
Un estudiante de psicología, Daniel Gutiérrez, expresó la satisfacción de que su cultura fuera validada y fomentada.
“Quería venir aquí y ver qué inspiró los movimientos de los chicanos”, dijo Gutiérrez,. “Creo que sólo necesitaba la afirmación de mi cultura y expresarla. Creo que es bueno tener un recordatorio constante. También es importante saber ¿cómo continuar con ellos [traducido de inglés a español]?”